Motivos de consulta
La tristeza y la angustia son los síntomas más frecuentes y se experimentan de muchas formas: dolor, nostalgia, aflicción, soledad, sentimiento de inutilidad, aislamiento, irritabilidad, insomnio, miedo, ansiedad, pérdidas, etc. Acompañan a la mayoría de los malestares y conflictos vitales más concretos y suelen ser las primeras señales que las personas identifican para pedir una atención especializada, porque causan gran sufrimiento.
A modo de orientación, otros motivos que llevan a las personas a consultar pueden ser malestares relacionados con la fatiga crónica, fobias, obsesiones, miedos, estrés laboral, adicciones, anorexia y bulimia, duelos pendientes; conflictos con la pareja, problemas sexuales, dificultades con los hijos o los padres; dificultades para relacionarse con otras personas y aislamiento social.

El síntoma
Un síntoma, en sentido general, es una señal o indicio de que algo está sucediendo o va a suceder. Una forma de aviso, en cierto modo.
Existen síntomas objetivos que se pueden observar desde fuera, como la tos, o incluso medir, como la fiebre. Los síntomas subjetivos, en cambio, los experimenta cada persona «dentro de sí misma» y, por muy intensos que sean, no se pueden medir con exactitud por muchas escalas que se apliquen. Son formas de aviso también, pero de una ambigüedad característica. La tristeza o la angustia son síntomas subjetivos, es decir, afectan a cada persona de una forma particular y no hay termómetro fiable para explicarlos y tratarlos. Su abordaje necesita en primer lugar poner palabras para abrir la vía a un saber diferente, no intelectualizado.
Es frecuente la demanda de un especialista en un síntoma. Alguien que «sepa mucho» sobre el malestar concreto que le afecta, como garantía de que sabrá aplicar un remedio igualmente concreto para aliviarlo. No es tan sencillo. Por ej., saber mucho sobre la ansiedad en general no es lo mismo que comprender lo que le ocurre a una persona concreta que dice sentirse ansiosa. Muchas personas sufren de ansiedad pero cada cual lo hace a su manera y por causas diferentes. Lo que a una persona le afecta profundamente y trastoca su vida, para otra puede ser una experiencia más superficial y pasajera.
La forma en que una persona experimenta un determinado síntoma siempre es la suya en particular y se relaciona con su propia historia. Es necesario escucharla. Lo que siente, cómo lo vive y qué relación tiene con su vida.
Los síntomas tienen que ver con el mundo que habitamos y nos habita.