Decidirse a empezar

Decidirse a

empezar

Todas las personas pasamos por situaciones de malestar, conflictos o pérdidas a lo largo de nuestra vida. El dolor o la tristeza no son enfermedades y muchas veces encontramos la forma de afrontarlos con nuestros propios recursos y los apoyos de nuestro entorno.

Sin embargo, esto no siempre es así. A veces surgen malestares psíquicos y/o corporales, experiencias traumáticas o situaciones inesperadas que nos desbordan. Aparecen síntomas (angustia, insomnio, fatiga, irritabilidad, etc.) que nos dicen, a su manera, que algo no va bien.

Hacer algo diferente

No es fácil acudir a una consulta. A veces se cae en el desánimo de creer que nadie puede ayudarnos, que es demasiado tarde; quizá sea mejor callar..

Cuando el sufrimiento se hace presente y no cesa, cuando mirar hacia otro lado no sirve y se han intentado otras cosas que no funcionaron, es importante decidirse a empezar. No hay recetas universales pero la decisión de hacer algo diferente con eso que nos pasa es un buen comienzo.

Darse tiempo para ponerle palabras a ese dolor (que muchas veces ni siquiera las tiene), y poder elaborarlo no sólo alivia los síntomas; surge un saber diferente que devuelve la alegría y las ganas de vivir.